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La inflación fue del 2,8% en abril. ¿Bajó?

Cuando el Indec informó, el pasado 11 de abril, que la inflación de marzo fue del 3,7%, se encendieron las alertas por la posibilidad de una escalada de los precios, y el cuadro se complicó todavía más a partir del anuncio de cambios en la política cambiaria oficial, un factor que llevó a pensar en …


Cuando el Indec informó, el pasado 11 de abril, que la inflación de marzo fue del 3,7%, se encendieron las alertas por la posibilidad de una escalada de los precios, y el cuadro se complicó todavía más a partir del anuncio de cambios en la política cambiaria oficial, un factor que llevó a pensar en una estampida de precios.

Este miércoles el Indec publicó el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de abril con una suba promedio del 2,8% que expresa una desaceleración fuerte respecto de marzo, que parece confirmar que las especulaciones no se concretaron.

Sin embargo, en abril los proveedores y distribuidores de alimentos, bebidas y otros productos de consumo masivo ajustaron sus listas de precios en forma permanente, según se pudo confirmar con comerciantes de diferentes segmentos.

En especial, las remarcaciones se produjeron antes de los anuncios del gobierno nacional sobre el esquema cambiario, en la forma de actualizaciones preventivas por parte de operadores del mercado que procedieron a medida que maduraban las versiones de una nueva devaluación.

Después del anuncio oficial, las remarcaciones siguieron en una proporción más reducida, según se pudo constatar con los comerciantes en forma cotidiana. En el momento más álgido, las listas de las fábricas y distribuidores se fue aceptando con diferentes niveles de resignación

Las grandes cadenas de supermercados y los autoservicios mayoristas llegaron a un rechazo público que motivó críticas también para ese sector del comercio, que juega un rol clave en la cadena de formación de los precios que pagan los consumidores. 

Los aumentos que más llamaban la atención en el diálogo con los dueños de almacenes, autoservicios y supermercados eran los de los alimentos. El precio de la carne se disparó en febrero, se apuntaló en marzo y siguió en carrera, a la par de otros productos claves de la canasta, como los aceites y las harinas. 

De hecho, los molinos estuvieron entre los proveedores que acercaron los aumentos más notables. El propio gobierno señaló a Molinos Río de la Plata en medio de las repercusiones por las listas que llegaban a los puntos de venta.

A pesar de los incrementos advertidos en la práctica, la medición oficial concluyó que en abril, la suba de los alimentos fue del 2,9%, apenas por encima del promedio general. 

Si bien fue el rubro de mayor incidencia en todas las regiones del país, los alimentos y las bebidas sin alcohol, desde la perspectiva oficial, subieron menos que Recreación y cultura y Restaurantes y hoteles, las dos categorías más alcistas con el 4% y el 4,1% respectivamente. 

El presidente de la Federación de Almaceneros bonaerenses, Fernando Savore, resaltó la diferencia en relación al aumento de los alimentos en IPC de marzo, que fue del 5,9%.

El referente diferenció entre las fuertes subas de la primera quincena de abril y una estabilidad en la segunda parte del mes. Este segundo período fue complementario a la caída del consumo, que siguió siendo relevante.

«Todavía hay precios que no tienen norte, pero van a tener que bajar porque el que convalida o no es el cliente», planteó.

Los precios de las carnes que mide el Indec siguieron en niveles altos, especialmente la merluza, que trepó más del 10%, y el pollo que cerró en 8,8%. También fueron importantes los aumentos de los cortes vacunos, como la paleta, que subió 5,8%.

En verduras, en cambio se vieron algunas bajas importantes, que pudieron incidir en el promedio. Entre esas se anotaron los precios del limón, que bajaron 30,7% y el de la cebolla, que fue 32,7% inferior al del mes anterior.

Por otro lado, el IPC oficial confirmó el anticipo de la consultora FIEL, que también midió 2,8% para el cuarto mes. Orlando Ferreres, por su parte, había calculado un aumento del 2,6%, por debajo del dato oficial.

No obstante, las dos consultoras midieron aumentos más importantes de los precios de la comida: del orden del 3,6% en el caso de Ferreres y del 3,5% FIEL.

Otras fuentes privadas calcularon que la inflación de abril iba a quedar claramente por arriba del 3%, con proyecciones que se acercaban más al 3,5%, un nivel similar al del mes previo.

Sin embargo, el resultado quedó más próximo al de febrero (2,4%), dibujando una trayectoria que sintoniza con la interpretación del gobierno nacional que asegura que la inflación tiende a la baja.

El descenso respecto a marzo llama la atención en el contexto de las subas de las que se dio cuenta en abril, pero el 2,8% sigue siendo un porcentaje superior al 2,2% de enero, que fue el registro más bajo desde julio de 2020.

Entre los analistas, Isaac Rudnik, presidente del Instituto ISEPCI, destacó el desfasaje entre los precios de la canasta y los salarios. Sólo en abril los primeros se incrementaron en el conurbano bonaerense por encima del 3%, mientras que el aumento otorgado al salario mínimo vital y móvil para mayo fue del 1,8%, apuntó.   



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