Ed Motta vuelve a tocar en la Argentina luego de casi diez años, desde aquella pequeña gira en la que presentó su anteúltimo disco, Perpetual Gateways. “Voy a llegar unos días antes nomás para hacer muchas cosas, pero lo más importante de llegar antes son las mollejas”, dice sin vergüenza uno de los músicos, cantantes, …
Vuelve Ed Motta, el melómano fanático de los vinilos, el funk y las mollejas

Ed Motta vuelve a tocar en la Argentina luego de casi diez años, desde aquella pequeña gira en la que presentó su anteúltimo disco, Perpetual Gateways. “Voy a llegar unos días antes nomás para hacer muchas cosas, pero lo más importante de llegar antes son las mollejas”, dice sin vergüenza uno de los músicos, cantantes, productores y compositores más relevantes de la música brasileña actual. Irá a degustarlas a La Cabrera, anuncia: “Porque tiene una molleja cerca del corazón, que es la más gorda, no la más fina, que también me gusta, pero la alta” -y usa el índice y el pulgar para mostrar el grosor-“es increíble”.
El excelso músico combina comentarios prosaicos con reflexiones sustantivas, especialmente sobre la música y el arte. El único show que dará en la sala Deseo BsAs tendrá como eje su último disco, Behind the Tea Chronicles, que condimentará con un repertorio renovado de jazz pop y funk, además de un recorrido por sus grandes éxitos. Lo acompañará una banda integrada por Michel Limma (director musical y pianista), Milton Pellegrini (bajo), Ivan Castro (batería) y Abel Cardoso (guitarra).
Dado que su música ha sido reconocida mundialmente por su sofisticación al fusionar géneros como el jazz, el pop, el soul, el funk y el R&B, sorprendió que Behind the Tea Chronicles fuera grabado íntegramente desde su casa. “La tecnología de estudio finalmente llegó a un punto confiable. Hay un programa que se llama Audiomovers con el que puedo escuchar tu estudio en mi casa en tiempo real. Podemos grabar simultáneamente y hablar por Zoom, como estamos haciendo. Yo propongo una frase musical”, —tararea— “y el otro contesta”, —responde con otro tarareo—. “Es en tiempo real, es increíble”, celebra el músico, cuyas letras no hablan directamente de sentimientos, sino que los cuentan a través de historias.
“Eso viene de una influencia muy importante en mi vida: el cine. Cuando era más joven hacía un fanzine sobre cine en blanco y negro. Lo hice durante años. En Brasil escribí textos para ediciones en DVD de filmes clásicos. El cine es mi vida, junto con la música. Las historias de mis canciones permiten que el cine esté presente en ellas. Incluso en las canciones de amor hay una mirada amorosa, una mirada cínica -ríe-; de todas formas.”
A diferencia de lo que ocurría décadas atrás, los artistas populares brasileños también reciben críticas que exceden lo estrictamente musical. En su caso, Behind the Tea Chronicles fue acusado de ser “demasiado americano”. “¡Ya tengo cinco discos en inglés! ¡Cinco Only Love Can Sustain!”, dice entre carcajadas, en alusión al disco de Luis Alberto Spinetta grabado en EE.UU. en 1979, que no conformó al Flaco, aunque fue elogiado por varios músicos. “Es un disco brillante”, afirma Motta. “¿Inglés otra vez? Sí, inglés otra vez. Ya que la música no da más plata, vamos a hacer lo que queremos. El fonema del inglés fue primordial en mi formación musical. Era lo que más escuchaba, lo que más me influenció. Era todo inglés.”
¿Cómo es eso de que ya que no hay más plata hacen lo que quieren? Motta ríe de forma prolongada, luego, da un trago a su Dry Martini, preparado antes de comenzar la entrevista, y responde: “No hay más plata. Ni en la industria ni para los músicos. La plata está en otro lado. Y la música como se la conocía, es como una farmacia antigua, un barbero antiguo… un retrato del pasado. Una tarde en el Café Tortoni. Una tarde melancólica. La música actual es otra cosa: se alimenta de elementos diferentes, de lo visual y otras cosas”.Famoso por su colección de discos en formato físico, hace algunos años empezó también a coleccionar música digital. “El vinilo es insuperable porque es una pieza de arte. Pero en términos de análisis técnico, el audio de altísima definición, en 24 bits, es muy interesante. Escuchar artistas con ese nivel de definición es como escuchar vinilos: no escuchás más cosas, pero sí con mayor claridad. Lo que se llama ‘palco sonoro’. La percepción del estéreo es más amplia, más fiel al trabajo de estudio. Es increíble. Pero no me gusta todo tan aséptico. Un disco de blues de Robert Johnson lo prefiero en vinilo. Tiene la grasa necesaria”. Completa la idea con una reflexión sobre los años sesenta y el sonido monoaural: “Beatles, Small Faces, Beach Boys: Pet Sounds es mucho mejor en mono. Porque fue pensado en mono. El estéreo fue una presión comercial”.
Ed Motta en vivo
Miércoles 2 de julio a las 20 en Deseo Bs. As., Av. Chorroarín 1040 CABA).