Siempre vuelve al barrio. El músico, cantante, productor y arreglador de tango Guillermo Fernández siempre vuelve. Esta vez, para dar un show con amigos en el Tasso, frente al Parque Lezama. Su aura tanguera permanece intacta. Recién regresado de Europa, sintió que era momento de una noche especial. «Quería un show con muchos artistas invitados. …
Esta derecha fachista ataca a la cultura porque le teme al pensamiento

Siempre vuelve al barrio. El músico, cantante, productor y arreglador de tango Guillermo Fernández siempre vuelve. Esta vez, para dar un show con amigos en el Tasso, frente al Parque Lezama. Su aura tanguera permanece intacta. Recién regresado de Europa, sintió que era momento de una noche especial.
«Quería un show con muchos artistas invitados. La idea es que voy a estar con la guitarra y voy a presentar a diferentes músicos. Hasta ahora están confirmados Daniel Maza, César Angeleri y se van a sumar algunos más. Algunos cantantes, una amiga que todavía no me confirmó. Es un recorrido por un repertorio heterogéneo, pero lo importante es interactuar con amigos», detalla.
Para Fernández, compartir escenario es una forma de militancia artística: «En tiempos en que se le da tanto valor al individualismo, yo creo que el arte es lo opuesto: es algo que nos une», expresa.
-¿Cómo te sentís en esta carrera que forjaste?
-Estoy en un camino que me apasiona: el tango. Estoy convencido de que es uno de los folklores más completos que existen. Intelectual, poética y musicalmente, es casi perfecto. Y eso siempre marcó mi rumbo. Por suerte puedo elegir qué hacer dentro de esta senda. Hacer canciones con amigos es un privilegio que me gané a fuerza de trabajo. En tiempos como estos, hay que juntarse y hacer. Hacer y hacer. Sin dejar que nos quiten la ilusión.
-¿Estás con otros proyectos además de este recital?
-Sí, estoy trabajando en un proyecto audiovisual. Escribí 19 capítulos. El primero ya está en YouTube y se llama Introspección: el tango como vehículo. Vinculo los tangos con la filosofía y el psicoanálisis, desde lo musical y lo poético. Me apasiona. Son las aguas que mejor nado, diría yo. Manejo mis redes, hago videos de un minuto hablando de tango y eso gusta. Imaginate: tengo 67 años y hace 60 que estoy en el tango. Lo conozco bastante. Mis ídolos fueron mis maestros: estudié con Troilo, Marino, Lucio Demare, Roberto Grela, Sebastián Piana… Compartí momentos con el Polaco Goyeneche y Floreal Ruiz. Fue hermoso.
-¿Qué sentías al estar entre ellos?
-Era como un nieto para ellos. Me tenían en brazos. Tenía 10, 11 años. Me querían mucho. Creo que veían en mí una continuidad del género. Y así fue: hice mi camino y el tango siempre fue mi norte.
-¿Cómo explicás la grandeza del tango a nivel mundial?
-El tango es un crisol de la identidad argentina. Un fenómeno cultural que encarna nuestras complejidades sociales. Desde afuera no entienden cómo, siendo tan talentosos y con tantos recursos, no podemos salir adelante. Pero si analizás el tango, en todas las épocas aparece reflejando la melancolía, la marginalidad, la nostalgia. El tango es el espejo más exacto de los que somos los argentinos.
-¿Cómo ves tu futuro después de tantos años?
-Hace poco saqué El cantor de tangos, que ganó el Gardel y fue nominado al Grammy. Armé una orquesta típica con cuatro bandoneones, cuerdas, piano, tangos tradicionales y temas míos. Sigo invirtiendo en mi carrera y en el tango. Eso te construye como artista. El futuro es seguir trabajando. Acabo de volver de una gira de dos meses y medio, y ya estoy armando esta fecha en el Tasso.
-¿Cómo fue esa gira?
-Más de 20 conciertos en Alemania, Suiza, Holanda, Italia, Inglaterra, Bélgica, Francia… Cuando gobiernan sectores que denostan la cultura, por suerte tengo mi circuito europeo. También trabajo en EE. UU. con un espectáculo que hice dos años: Tango Lovers. Hay que hacer lo que uno cree necesario para seguir. Eso me da felicidad.
-¿Cómo ves el ataque actual a la cultura?
-Es muy doloroso. Esta derecha fachista ataca a la cultura porque le teme al pensamiento. Es un plan sistemático. No es casual: si analizás, la decadencia del tango comienza en 1955, cuando termina su época de oro. Del 40 al 55 estaban los poetas: Cátulo Castillo, Manzi, Contursi… Letras con un contenido social, político, intelectual profundo. Mi viejo tenía hasta tercer grado y lloraba con Cátulo. Porque iba al corazón. Crear cultura requiere apoyo. Hay que generar el ambiente propicio para que crezca.
Guillermo Fernández en vivo
El cantor se presentará el viernes 4 de julio a las 22, en Torquato Tasso, Defensa 1575 (CABA).