En medio de un panorama de severas restricciones presupuestarias, la Universidad Nacional de Moreno (UNM) emitió un comunicado para hacer pública su “preocupación” por el impacto del aumento de tarifas en su funcionamiento cotidiano. La casa de estudios recibió en las últimas horas una factura por consumo eléctrico de $19,2 millones, lo que representa un …
La universidad que pide a estudiantes que apaguen la luz

En medio de un panorama de severas restricciones presupuestarias, la Universidad Nacional de Moreno (UNM) emitió un comunicado para hacer pública su “preocupación” por el impacto del aumento de tarifas en su funcionamiento cotidiano.
La casa de estudios recibió en las últimas horas una factura por consumo eléctrico de $19,2 millones, lo que representa un incremento del 20,1% respecto del mes anterior, cuando el monto había sido de $15,9 millones. Si la comparación es con diciembre de 2024, el gasto se fue a poco menos que el doble: en aquel mes abonó una boleta de 12,3 millones de pesos.


La suba en la tarifa energética se da en un contexto de prórroga presupuestaria. Tal como ocurre con el conjunto de las universidades nacionales, la UNM atraviesa el año con el mismo presupuesto que cerró el ejercicio 2023, con algunas adecuaciones establecidas hacia finales de 2024. Sin una actualización acorde a la inflación acumulada, la universidad sostiene que sus recursos son un 10,1% menores a los que disponía en diciembre del año pasado.
Nuevos gastos por la expansión académica
A esta situación crítica en materia económica de la universidad se le suman nuevos gastos derivados del crecimiento de la matrícula y la expansión académica.
En 2024, la UNM incorporó el segundo año de la carrera de Abogacía y el tercero en las cuatro carreras del Área de Diseño, lanzadas el año anterior. También se abrió el quinto año en las modalidades secundarias de la Escuela Secundaria Politécnica (ESPUNM), con la consecuente designación de nuevos cargos docentes y preuniversitarios que no estaban contemplados en el presupuesto original.

Frente a este escenario, las autoridades universitarias renovaron la declaración de emergencia presupuestaria y edilicia, y solicitaron a la comunidad académica que colabore en la reducción del consumo energético. “Si sos el último en salir de un aula u oficina, apagá la luz”, indican, entre otras recomendaciones, como la de alertar al personal ante aires acondicionados encendidos en espacios vacíos.
Según los datos oficiales, el gasto en energía eléctrica representaba en diciembre de 2024 el 8% del presupuesto operativo de la universidad. Actualmente, esa proporción trepó al 14%, incluyendo el 16,5% de IVA y el 5,1% de contribución municipal. Las autoridades señalaron que continuarán trabajando en medidas de eficiencia y ahorro, con el objetivo de sostener el funcionamiento institucional y evitar que el dictado de clases se vea afectado.