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“Agradezco tener laburo, pero sé muy bien cómo sufren otros actores, directores y técnicos”

Peter Lanzani es uno de los actores argentinos más reconocidos y de mayor proyección internacional. Su nueva aventura es la película italiana ¿Testa o croce? («Cara o cruz»), que tuvo su estreno mundial en la sección en el Festival de Cannes. En este western de época protagonizado por John C. Reilly como Buffalo Bill y …


Peter Lanzani es uno de los actores argentinos más reconocidos y de mayor proyección internacional. Su nueva aventura es la película italiana ¿Testa o croce? («Cara o cruz»), que tuvo su estreno mundial en la sección en el Festival de Cannes. En este western de época protagonizado por John C. Reilly como Buffalo Bill y Alessandro Borghi, Lanzani interpreta a un líder revolucionario argentino exiliado en Italia, que encabeza una rebelión contra los oligarcas locales. Su participación lo muestra manejando armas, hablando en castellano e italiano y dando un encendido discurso político en el tono cómico y salvaje que define al film, codirigido por Alessio Rigo de Righi y Matteo Zoppis.

La aparición de Lanzani en ¿Testa o croce? se explica por un vínculo previo con los directores. Rigo de Righi vivió muchos años en la Argentina y su film anterior, La leyenda del Rey Cangrejo, se rodó parcialmente en el país.

«Yo había visto esa película y sabía de la existencia tanto de Alessio como de Matteo —cuenta Lanzani—. Alessio es muy amigo de Santiago Mitre y nos cruzamos por primera vez en el Festival de San Sebastián cuando presentábamos ahí Argentina, 1985. Santi me había hablado mucho de él, tomamos algo y después cada uno siguió su vida. Pero en otra oportunidad volvimos a pasar por Roma y ahí comimos juntos y fuimos armando un vínculo de amistad que atesoro mucho, porque me parece una gran persona más allá de lo talentoso que es.»

—¿Cómo surgió la propuesta para participar en la película?

—Estando en Roma, me ofrecieron el papel y no dudé. Alessio y Mateo me dijeron: «Hay un personaje que queremos que hagas, pero no es un personaje principal, no sé si te va a interesar». A mí me daba igual. Les dije que si me mandaban el pasaje, iba y lo hacía. Medio que lo fuimos armando entre todos. Las escenas no estaban del todo definidas y el día antes de rodar estábamos escribiendo o pensando qué cosas podían pasar para darle color. Les dije que más o menos me las arreglaba con el italiano, pero que no podía aprenderme choclos de texto de un día para el otro. Entonces pensamos que, como la película era de época, podía ser tranquilamente un argentino que se exilió en 1900 e intentó arrancar ahí una revolución. Ahí hicimos un mix de castellano con italiano.

Pero el motivo que más atrajo a Lanzani en su estadía por Italia tuvo que ver con otra cosa: su película sobre Luca Prodan, un film que va a codirigir con Martín Fisner (experimentado camarógrafo que trabajó mucho con Luis Ortega y también en El Eternauta) y que él mismo protagonizará, interpretando al mítico líder de Sumo.

     «Pasamos mucho tiempo investigando y tratando de entender la idiosincrasia inglesa e italiana, ya que la película se enfoca en la época de Luca previa a Sumo —cuenta—. Hablé con Andrea (Prodan, su hermano) un par de veces, también con Timmy McKern (mánager de Sumo y amigo de Luca) y estuvimos en tratativas por los temas de derechos de las canciones. Pero en lo que estuvimos más enfocados fue en armar un guion y entender bien cómo filmarla, partiendo de la base de que la parte más potente de la historia es la vida de Luca en Roma y en Inglaterra.»

—¿Siempre pensaste en dirigirla vos?

—Tuvimos la idea con el Colo (Fisner) de que la íbamos a hacer nosotros. Obviamente, yo del otro lado de cámaras me voy a respaldar mucho en su mirada, porque me parece un virtuoso del cine, alguien que sabe mucho. Pero siempre tuve ganas de dirigir, la verdad. Recién ahora se me está empezando a dar, pero está tardando porque no es fácil conseguir financiación. Sí, me re veo dirigiendo. No sé si pasaría enteramente a una carrera como director, pero sí ir mechando.

—¿Sos de los actores que chusmean cómo se hacen las películas mientras filman?

—Sí. Odio estar en un motorhome esperando. Me pongo al lado de todos y pregunto cómo funciona la dinámica. Haber estado en tantos sets es como ser becado en una universidad.

—Con respecto a lo de Luca, ¿qué es lo que se complica más? ¿Los derechos de las canciones, por ejemplo?

—Estamos en tratativas con todo. Lo que se complica más es que es una ópera prima cara. No estamos en un momento ideal tampoco en la Argentina. Tenemos unas puntas con plataformas y por fuera, pero estamos esperando a tener bien la financiación. Como es una película de época hay que hacer un relaburo previo, y sin tener la financiación completa no nos pareció una buena idea mandarnos a lo guapo.

—Hay muchas historias míticas de esa época…

—Es todo increíble. Luca puteaba al actual rey Charles en el colegio. Puteaba a todos: era punk antes que los punks. De todos modos, si bien investigamos un montón, la idea no es hacer una biografía clásica. No somos muy fanáticos de las biopics. No es Rapsodia Bohemia, donde Luca está tocando la guitarra e inventa una canción famosa en el momento. Tenemos mucha más libertad, siempre sabiendo que contamos la historia de una persona real que merece respeto. Tratamos de hacer más una película de personajes, de relaciones personales.

—¿Qué fue lo que te interesó de la historia de Luca como para querer hacer la película?

—A Luca lo enganché más de grande. Una vuelta en mi casa vi un video de él cantando, me vi ahí y empecé a investigar. Me enamoré primero de la música y después, cuando descubrí su historia previa a Sumo, me fascinó. Me pareció una historia avasallante.  Queremos hacer una película a su altura. Más allá de su final trágico, siento que es una historia de superación y de incomprensión. Es un mundo fascinante el de la Italia y Londres de los ’70, el boom de música que acá no nos llegaba por la dictadura. Él era un tipo que sabía mucho de música, estaba en el momento exacto en el que pasaba todo y veía desde la mierda más grande hasta Bob Marley. Me pareció una historia muy rica.

—¿Cómo te estás preparando con el acento y los idiomas para el personaje?

—Estoy estudiando italiano. Cuando tenés textos, es más difícil. El inglés lo hablo, pero tengo que entrar en una pronunciación más fina porque Luca lo hablaba muy bien. Estoy haciendo un trabajo en paralelo con los dos idiomas. La película va a tener castellano, pero es un castellano italianizado, como lo hablaba él.

—¿Cómo te afecta la situación del cine argentino?

—Está complicado todo, espero que remonte. Creo que tenemos un gran talento en la Argentina, no solo de realizadores con trayectoria, sino también equipos técnicos brillantes. Pero no hay trabajo y muchos se están yendo a filmar a otros países, como Uruguay o México. Y mucha otra gente directamente se queda sin laburo. Yo tengo la posibilidad de trabajar, me siento afortunado y lo agradezco, pero sé muy bien cómo sufren otros actores, directores y técnicos.

—Las plataformas pueden ayudar, pero no resuelven todos los problemas.

—Que las plataformas que den una mano está bien, pero hay mucha producción independiente o chiquita que no encuentra financiación. El Eternauta se hizo con Netflix y está muy bien, pero hay mucha gente que se queda afuera. Es muy difícil encontrar financiación para una ópera prima o para un grupo de personas que diga: «Bueno, no tengo un mango, pero armo una cooperativa, me mando, hago mi película y después veo qué pasa». Así es como se hicieron quienes hoy son grandes directores, técnicos y actores. Ahora hay mucha gente potencialmente brillante que no tienen ni la más mínima oportunidad.

—Se hace muy difícil sin apoyo del INCAA construir a presente y a futuro.

—Hoy el INCAA casi no funciona. Antes también había cosas que corregir y hay que hacer autocrítica porque por eso también estamos donde estamos. Pero al menos algo funcionaba. Igual me quedo con la sensación de tirar para adelante y salir de esta meseta. Nuestro cine siempre da mucho de qué hablar en el mundo.

—En función de la situación del cine en Argentina, ¿te tira irte a laburar afuera?

—Cuando era más chico, tenía ese deseo de vivir afuera, de vivir experiencias. No tanto Hollywood, sino más de aventura. Con el tiempo, eso se me fue yendo. Cuando viajo extraño a mis amigos, comer un asado, comer con mi familia, estar con mi novia. No descarto una experiencia de ir a filmar una película por dos meses, seis meses o hasta un año. Pero mi casa es la Argentina. «

¿Testa o croce?

Dirección: Alessio Rigo de Righi, Matteo Zoppis. Elenco: Nadia Tereszkiewicz, Peter Lanzani, John C. Reilly, Alessandro Borghi. Estreno en la Argentina: fecha a confirmar.

Lanzani y el impacto artístico y cultural de El Eternauta

Peter Lanzani confiesa el entusiasmo que le generó El Eternauta: «Me encantó. Me la fumé con mi novia en un día. Fui a visitar bastante el rodaje. Me gusta conocer a todos, subir el ánimo en las jornadas nocturnas… Con Bruno trabajé en Un gallo para Esculapio. Me encantó ver nuestras calles nevadas con una calidad del carajo, sin nada que envidiarle a una producción yanki. Todo El Eternauta valió lo mismo que un capítulo de la serie que estoy viendo ahora: The Last of Us . Y no tiene nada que envidiarle».

Lanzani también hace hincapié en la figura y el trabajo de Darín, con quien compartió otra película de enorme repercusión: Argentina, 1985. «Ricardo (Darín), para mí, es algo único –destaca–. Es la perfecta imagen del argentino. Tiene una manera de actuar tan cotidiana y verdadera que te sentís identificado de inmediato”.

El actor también reflexiona sobre la trascendencia que tienen este tipo de producciones hechas en la Argentina. «Es muy bueno cuando hay películas o series que sentís que el país entero se mete en ellas. Desgraciadamente ahora pasa poco. Antes pasaba más con la televisión. Ahora ves El Eternauta y es como televisión, todo el mundo la comenta. Son historias nuestras y traspasan lo que es una película o una serie. Es un evento, trasciende la pantalla. Tanto Stagnaro con El Eternauta, como Mitre con Argentina, 1985, reconfirmaron que son de lo mejor que tenemos, son autores y tienen una mirada cinematográfica muy profunda. Me siento muy afortunado de haber podido trabajar con ellos y de que representen el talento y la capacidad argentina».



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