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“Jet Lag”, una obra que se ríe de la tilinguería

A Jet Lag le podría caber una de las máximas de Charly García: por qué hace falta irse tan lejos para estar acá. Es que, en una imaginaria localidad de Carolina del Norte, Estados Unidos, una familia argentina se autoexilia y, en el transcurso, pierde aceleradamente su identidad latina, aunque descubre algunas cosas sobre su …


A Jet Lag le podría caber una de las máximas de Charly García: por qué hace falta irse tan lejos para estar acá. Es que, en una imaginaria localidad de Carolina del Norte, Estados Unidos, una familia argentina se autoexilia y, en el transcurso, pierde aceleradamente su identidad latina, aunque descubre algunas cosas sobre su pasado.

“Hicimos contacto por Instagram: en 2023 ella publicó que necesitaba una directora para una obra de Microteatro”, recuerda la directora de Jet Lag, Antonella Schiavoni, sobre el inicio de su relación con Leticia Arbelo, la autora de Jet Lag. “Yo”, dice Schiavoni, que le dijo como si levantara la mano en clase, aunque fuera un post de Instagram. Y empezó la relación.

La obra (micro) en cuestión era Noche Fake, y Arbelo quedó más que conforme: “Gracias porque no destruiste el texto”, me dijo. “Yo hice la puesta como me parecía, pero no toqué el texto. Y ahí me dice que le gustaría que haga la dirección de Jet Lag”. Lectura de material mediante, Schiavoni consideró que además de estar buena, le permitía armar su propia puesta en escena. “No sólo quedarme con lo que estaba literalmente escrito, sino ser un poco más creativa y potenciar lo que proponía el texto.”

"Jet Lag", una obra que se ríe de la tilinguería
El elenco de Jet Lag.

La obra, que cuenta cómo Bárbara, la hija mayor, se aferra con fuerza a la idiosincrasia argentina e intenta proteger a su hermana menor de la mimetización con la cultura norteamericana, mientras casi sin querer denuncia irregularidades en su nuevo entorno, suena muy actual, pero fue escrita en 2014. “En su momento ganó premios como texto y ella hizo su versión, pero no se sintió cómoda dirigiéndose. Pero siempre tuvo la intención de volver a ponerla en escena y estuvo muchos años buscando quién podía hacerlo. Y hoy en día somos amigas y pensamos en otros laburos a futuro en este vínculo dramaturga-dirección.”

La incomodidad de Arbelo en la dirección se debía a que la historia surgía “de una situación muy personal de ella; es casi una denuncia a los abusos que vivió en su familia.” Así que por ahora no vio muchos ensayos de la puesta de Schiavoni porque se “quiere sorprender con el estreno y, además, las veces que la puso en escena le revolvió cosas y necesita tener cierta distancia del material.”

En la Argentina de hoy y de varios momentos, el autoexilio suena constantemente actual. Períodos históricos diversos y de distintos siglos han hecho de ese repliegue en uno mismo y en los suyos una práctica que no contempla situaciones particulares; es una especie de bien común. “Creo que tiene como dos líneas. Por un lado, lo que está bien en superficie: el autoexilio de esta familia en Estados Unidos y el no identificarse para nada con la argentinidad, hasta casi el absurdo de convertirse en estadounidense y el sueño americano. Y por otro, por lo bajo, estas situaciones de violencia -violencia sexual también- que están doblegadas en los personajes de las hijas: el de Bárbara y el de Melody.”

“Hay una creencia de que lo nacional no es lo mejor y siempre se aspira a ser algo yanqui o europeo”, y acaso por eso su puesta reviste un mundo de iconografías que intentan recrear la sensación de un Disney (más bien simbólico e imaginario que físico) perenne. “Están en un tiempo que no es el real, que en el texto está situado en los 90. A mí me gustó correrme de ese tiempo y que el que la vea pueda pensar que perfectamente puede estar pasando hoy, ayer o pasado mañana. Y esta familia encierra todas estas cosas de las que no se puede hablar, decir, este secreto de violencias y abusos. Incluso la escenografía está planteada con tela de peluche, toda rosa, como este universo suave, seguro, tierno, muy Britney Spears. De hecho, Melody, que es personaje de la hija menor, está muy linkeada con Britney —hay muchas canciones de ella—, y medio que le pasa lo que le pasaba a Britney con su familia, con su padre.”

Directora, dramaturga, gestora cultural y actriz, Schiavoni piensa que “ya con sólo ponerla en escena, la obra habla del contexto sociocultural y económico que estamos atravesando.” Y amplía: “No lo planteo como que pasa en el 2025, pero tomar la decisión de hacer la puesta y que no quede claro que esta familia está en los 90 es la decisión que permite que el material te haga reflexionar sobre lo que nos está pasando hoy día.” Es esa falta de precisión temporal lo que la “hace bien actual.”

La primera pasada completa de la obra se hizo después del gran triunfo del peronismo en la Provincia de Buenos Aires. Dato especulativo que le causa gracia, pero no cree que haya tenido incidencia alguna en la apreciación, aunque concede que puede resaltar los extremos en los que se mueve la obra. “La obra es muy divertida. Pero es ese humor en el que terminás diciendo: ¿de qué me estoy riendo? Porque los personajes también están planteados en tono absurdo: las actuaciones están desbordadas —en consonancia con la escenografía—, pero es una decisión para que cuando se le caiga la máscara a estos personajes que tienen esta dualidad entre graciosos y siniestros, cuando aparezca esa otra parte sea más potente y claro de ver.”

"Jet Lag", una obra que se ríe de la tilinguería
La obra cuestiona lso sueños impostados.

Schiavoni aspira a que Jet Lag “explote desde el estreno”. Pero sabe que en teatro la continuidad de funciones ofrece un plus que difícilmente se puede conseguir en otro tipo de artes. “Desde mi experiencia, todas las obras que hago como directora, productora u otros roles, siempre de función a función alguna ficha te cae, modifica, suma y potencia.” Pero no sólo confía en su equipo y en ella, sino también en la mirada de los otros. “La obra recibió una mención de honor de los premios ARTEI (Asociación Argentina del Teatro Independiente), lo que nos da mucha esperanza. Esperamos que quien la vea la pueda recomendar para instalar el boca en boca, que es lo que hoy mueve el teatro. Está difícil la venta de entradas a nivel independiente: si le queda un resto de dinero, la gente elige muy a conciencia en qué gastarlo.”

Jet Lag

Dramaturgia: Leticia Arbelo. Actúan: Lucrecia Aguirre, Facundo López, Daniel Niborski, Romina Segui, Luciana Piccioni. Vestuario: Antonella Schiavoni, Ticiana Gentil Tolra, María Belén García. Dirección y puesta en escena: Antonella Schiavoni.



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