El próximo sábado 8 de noviembre, Morrissey se presentará en el Movistar Arena de Buenos Aires, en lo que promete ser una velada en la que confluyen nostalgia, rebeldía pop y controversia artística. Con una carrera que abarca más de cuatro décadas -primero como cantante de The Smiths y luego como solista-, Morrissey llega al …
Se viene Morrissey, el gran emblema de la fragilidad y el desencanto

El próximo sábado 8 de noviembre, Morrissey se presentará en el Movistar Arena de Buenos Aires, en lo que promete ser una velada en la que confluyen nostalgia, rebeldía pop y controversia artística. Con una carrera que abarca más de cuatro décadas -primero como cantante de The Smiths y luego como solista-, Morrissey llega al escenario porteño con un repertorio que recorrerá clásicos de su banda, himnos de su etapa individual y nuevas piezas para fanáticos. Su trayectoria, marcada por letras agudas, estética provocadora y una legión de seguidores apasionados, lo consagra como una de las voces más influyentes del pop británico.
Desde su irrupción en Manchester hasta sus trece discos solistas -todos en el Top 10 del Reino Unido- y su reconocimiento con el premio Ivor Novello por su contribución destacada a la música británica, Morrissey se mantiene como figura de culto y objeto de debate. La crítica lo ha descrito como un autor que, con sus letras confesionales y su romanticismo irónico, logró que el pop sonara literario.
No se trata solo de un músico, sino de un constructor de identidades. Sus canciones dieron voz a los inadaptados, a los tímidos, a los que no encajaban en la euforia de los ochenta. Temas como “There Is a Light That Never Goes Out” o “How Soon Is Now?” se transformaron en himnos generacionales, mientras que su carrera solista continuó explorando la soledad, la ternura y la resistencia frente al cinismo moderno. Morrissey convirtió el desamparo en estilo y la ironía en una forma de ternura.
En su comunicado de prensa, el artista promete un show que repasará clásicos de The Smiths, himnos solistas como “Suedehead”, “Everyday Is Like Sunday” o “Irish Blood, English Heart”, y rarezas para devotos. En Argentina, donde la devoción por el pop británico tiene décadas de historia, su regreso será más que un concierto: un ritual entre el fervor y la nostalgia.

La visita porteña invita también a repensar su legado. Morrissey no solo dejó canciones imborrables, sino una forma de ser artista en tiempos de polarización: políticamente incorrecto, incómodo, contradictorio. Admirado por su franqueza y criticado por sus declaraciones, sigue siendo una figura que provoca y fascina por igual. Y eso, en una era de discursos filtrados, lo vuelve todavía más singular.
En su álbum You Are the Quarry (2004), que marcó su regreso triunfal tras varios años de silencio, Morrissey demostró que podía ser clásico y actual a la vez. Dos décadas después, sigue escribiendo desde la misma trinchera: la del individuo que observa al mundo con melancolía, ironía y compasión.
La presentación en el Movistar Arena será una oportunidad para ver en vivo a un artista que, lejos de diluirse, se ha consolidado como mito. Su voz, su figura y sus palabras son parte del ADN del pop global. En tiempos en los que la cultura tiende a la simplificación, Morrissey encarna lo opuesto: la complejidad de quien nunca pidió permiso para ser distinto.
Más allá del repertorio y de la puesta en escena, su regreso a Buenos Aires promete un reencuentro emocional con una generación que aprendió a cantar sus melancolías con orgullo. Morrissey, el hombre que hizo del desencanto una forma de belleza, vuelve a recordarnos que la sensibilidad también puede ser un acto de resistencia.
Morrissey en Buenos Aires
Sábado 8 de noviembre en el Movistar Arena.