Milo J sigue acumulando hitos en una carrera que no deja de sorprender por su madurez y profundidad artística. Con apenas 18 años, el músico nacido en Morón se subió por primera vez al escenario del Movistar Arena, invitado por Silvio Rodríguez, y protagonizó uno de los momentos más emotivos del tercer show del trovador …
Milo J y Silvio Rodríguez donarán las regalías de su canción juntos a Abuelas de Plaza de Mayo

Milo J sigue acumulando hitos en una carrera que no deja de sorprender por su madurez y profundidad artística. Con apenas 18 años, el músico nacido en Morón se subió por primera vez al escenario del Movistar Arena, invitado por Silvio Rodríguez, y protagonizó uno de los momentos más emotivos del tercer show del trovador cubano en Buenos Aires.
En medio de una atmósfera íntima y cargada de simbolismo, interpretó “Luciérnagas”, la colaboración que forma parte de La vida era más corta, el último álbum de Milo J. El joven anunció que las regalías del tema -grabado junto al autor de “Ojalá” y “El necio”- serán donadas en su totalidad a la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo. El público respondió con una ovación de pie. “Nuestras dos partes de regalías por la canción van para la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo”.
El gesto, simple y contundente, se inscribe en una línea de sensibilidad que recorre la obra de Milo: una búsqueda de memoria, ternura y reparación desde la canción. “Luciérnagas” es, además, un homenaje a su abuela. “Le cebé uno al cielo para ver si tal vez mirabas para acá”, canta en uno de sus versos, donde el duelo y la luz se funden en una misma imagen.
El tema, tal como aparece en el disco, combina el vibrato cálido de Milo con el registro inconfundible de Rodríguez en una trama que mezcla sonoridades electrónicas y raíces del folklore argentino. Entre las capas del arreglo se cuelan versos de la mítica “Zamba para no morir”, inmortalizada por Mercedes Sosa, en un gesto de continuidad poética que une generaciones y geografías.
Milo J y Silvio Rodríguez, más que un encuentro generacional

El encuentro entre el trovador cubano y el artista argentino condensó algo más que una colaboración musical. Rodríguez, símbolo de la canción comprometida latinoamericana, y Milo J, referente de una nueva generación que expande los límites del trap y la canción urbana, encontraron un punto común en la palabra y la emoción.
La presencia de Milo J en el show de Silvio fue una sorpresa para el público, que celebró la unión de dos mundos a primera vista distantes. Pero el diálogo entre ambos -entre el trovador y el chico que creció escuchándolo- resultó natural. En el escenario, se vio a un Rodríguez sonriente y a un Milo visiblemente conmovido, consciente del lugar histórico que estaba habitando.
El álbum La vida era más corta, publicado recientemente, irrumpió con fuerza en la escena internacional y debutó en el Top 5 global de Spotify en su primera semana. Se trata de un recorrido de 15 canciones que, lejos de los moldes, combina raíces argentinas con una estética contemporánea.
En ese viaje musical, Milo J se anima a dialogar con distintas tradiciones: del folklore y la canción latinoamericana a la electrónica y el hip hop. Entre sus colaboradores figuran nombres como Mercedes Sosa (con una grabación de archivo), Trueno, Soledad Pastorutti y, claro, Silvio Rodríguez.
Mientras tanto, el artista atraviesa un presente arrollador. Su primer show en el Estadio Vélez Sarsfield, anunciado para el 18 de diciembre, agotó las 60 mil entradas en tiempo récord, y ya sumó una segunda fecha el 19. Se convertirá así en el artista más joven en presentarse en ese escenario, un récord que confirma el magnetismo de su propuesta.

El anuncio de la donación de las regalías de “Luciérnagas” no solo reafirma su compromiso social, sino que también lo ubica dentro de una tradición de músicos argentinos que acompañan a los organismos de derechos humanos. Abuelas de Plaza de Mayo, fundadas en 1977, siguen trabajando incansablemente por la restitución de la identidad de los nietos y nietas apropiados durante la dictadura.