Daniel Yofra es el secretario general de la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina, conocidos como Aceiteros. El gremio hizo paros generales con todos los gobiernos desde 2014 y con ese método obtuvo un salario mínimo que ronda los $ 2 millones. Yofra dice que …
“El problema más grande de la clase trabajadora es la inactividad de la CGT”

Daniel Yofra es el secretario general de la Federación de Trabajadores del Complejo Industrial Oleaginoso, Desmotadores de Algodón y Afines de la República Argentina, conocidos como Aceiteros. El gremio hizo paros generales con todos los gobiernos desde 2014 y con ese método obtuvo un salario mínimo que ronda los $ 2 millones. Yofra dice que la CGT debe abandonar el Consejo de Mayo para no ser cómplice del gobierno e ir a una huelga general con movilización.
–Los dirigentes de la CGT dijeron que preferían esperar al domingo para hacer declaraciones. ¿Su actitud dependerá del resultado?
–Ya esperamos demasiado. Que la CGT esté tan inactiva me molesta pero la verdad es que no me asombra. No creo que el gobierno cambie. Va a profundizar su modelo y dará otro manotazo de ahogado. El problema más grande que tenemos como clase trabajadora es la inactividad que tienen algunos dirigentes de la CGT que piensan que la huelga ya no es más la principal herramienta para defender a los trabajadores.

–¿Qué explica esa pasividad?
–No sé si son cómplices de las patronales. Seguro son responsables de que sigan avanzando contra la clase trabajadora. Hay un montón de motivos para salir a luchar y enfrentar a este gobierno. Más que un paro general, lo que hace falta es un plan de lucha. En 42 años de democracia, cada vez que la CGT hizo un paro ante una medida, el gobierno que fuera retrocedió. Hoy no, entonces el gobierno redobla la apuesta.
–El argumento de que al gobierno no le importan los paros se usa para decir que no hay que hacerlo…
–Los dirigentes de la CGT consideran que no hay motivos para hacer una huelga. Están en una situación de confort que les impide ver la realidad que tienen sus trabajadores. Es por la falta de contacto que tienen con sus bases.

–El gobierno promulgó las leyes de financiamiento universitario, discapacidad y emergencia pediátrica pero las dejó en suspenso por la supuesta falta de recursos. ¿Es un autogolpe? ¿No amerita otro paro general?
-Hace falta un paro general pero no sólo por lo que está haciendo el gobierno hoy. Con la Ley Bases había motivos de sobra para ir a la huelga y no lo hicieron. Estamos dependiendo de dirigentes que hace un montón de años lideran organizaciones donde sus trabajadores están debajo de la línea de la pobreza. No hay democracia en la CGT para elegir las autoridades. Aceiteros, con el peso económico que tiene el sector, aporta cinco congresales cuando empleados de comercio tiene 250. Así es difícil elegir a un dirigente que represente las necesidades y enfrente el embate contra los trabajadores.
–¿El resultado de las elecciones va a condicionar la negociación interna en la CGT?
–No va a ocurrir absolutamente nada porque son tipos que se acomodan a cualquier situación. Deben estar clamando que no pase nada para no quedar expuestos. Esto va a cambiar cuando haya un frente sindical que salga a luchar. Lo que avanzó este gobierno en dos años vino a desnudar la realidad que teníamos con estos dirigentes sindicales. Pero siempre fueron así. Antes no le paraban al peronismo, ahora no le paran a nadie. Están como Lamolina cuando le dijo a Maradona: «no me hagas quedar como un boludo ante la gente». Eso le dicen al gobierno: “Dejá de hacer estas cosas que nos haces quedar como boludos”.
-¿El triunvirato está agotado como modelo?
-Lo que está agotado es el método de elección en la CGT. Si eligiéramos democráticamente y hubiera una lista con tres o diez secretarios generales elegidos por los trabajadores, no habría problema. Te juntás con los que realmente quieren luchar y otros se juntarán con lo que no quieren luchar. En la medida que no haya democracia sindical van a estar pululando tipos que tienen mucho peso solo por la cantidad de afiliados. Son los aplaudidores de turno que tiene el sindicalismo.

-¿Quiénes son «los que luchan»? ¿Quién es tu candidato para conducir la CGT?
-Hay dirigentes que luchan por necesidad y otros que luchan por convicción. Hay grandes dirigentes: Sergio Palazzo, Abel Furlán, Pablo Moyano, Omar Plaini, el Rodo Aguiar y los líderes de la CATT que se están juntando para pelear, como (Juan Carlos) Schmid, Pablo Biró y Juan Pablo Brey. Hay tipos honestos e inteligentes que a la hora de pelear por sus trabajadores lo hacen. Hay más de 20 compañeros que podrían convocar a un Frente Sindical que luche y no que vaya a San Cayetano. Entiendo a los creyentes que prefieren creer en un santo más que en los dirigentes. Pero en la Tierra, los que están son los dirigentes. Igual, si nos juntamos para no parar, no sirve. Hay que enfrentar a este gobierno con paro y movilizaciones, no hay otra.
-¿Por qué creés que Héctor Daer no sigue? ¿Es un operativo clamor?
-No sé de quién vendría ese clamor. ¿De la familia? Creo que Daer está cansado de que lo puteen. Igual nunca se van. Si no están adentro están rosqueando por afuera. Va a ser muy difícil que esto cambie sin democracia sindical. Ni siquiera hay reuniones.
-¿Se puede romper la CGT? ¿Sería bueno o malo?
-Desde que se fueron Pablo Moyano y Paco Manrique hay una fractura. Varios dirigentes de esa línea dura que querían luchar entendieron que no había manera de cambiar el rumbo desde adentro. Hay mucha complicidad y pasividad dentro de la CGT.

-¿Sirve participar del Consejo de Mayo?
-Cuando el gobierno creó el Consejo de Mayo para lograr su objetivo puso a la gente que le es afín. “Vamos a traerlo a este (por Gerardo Martínez) que no va a hacer nada», pensaron. No creo que sirva de mucho estar en ese Consejo. Lo ético sería que renuncien para no ser más cómplices de lo que ya son con el gobierno.
-¿Confiás en el PJ como un instrumento para parar la reforma laboral en el Congreso?
-Dentro del peronismo, del radicalismo y del socialismo siempre hay gente de derecha y de izquierda. La triple A estaba dentro del peronismo en los ‘70. La particularidad hoy es que este gobierno deschavó a dirigentes que se hacían los Che Guevara y votan leyes contra la clase trabajadora. El común denominador es que nunca han trabajado bajo un patrón. O son patrones o responden a los intereses de los patrones que los llevaron a ese lugar de poder. El tema pasa por la resistencia que ponemos nosotros. La clave es construir un frente sindical que agrupe, coordine y organice la bronca. Estamos esperando a un Mesías político que nunca va a aparecer. Tiene que haber un cambio en el sindicalismo. No hay esperanza en la clase política. «




