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Diez clásicos + un bonus para festejar como se debe el día del heavy metal

El heavy metal no pide permiso. Desde su irrupción a fines de los años 60, este género amplificó los límites del rock y los llevó a territorios más densos, más ruidosos y, para muchos, más peligrosos. El 16 de mayo es la fecha elegida por los fanáticos para celebrar su existencia, en homenaje a Ronnie …


El heavy metal no pide permiso. Desde su irrupción a fines de los años 60, este género amplificó los límites del rock y los llevó a territorios más densos, más ruidosos y, para muchos, más peligrosos. El 16 de mayo es la fecha elegida por los fanáticos para celebrar su existencia, en homenaje a Ronnie James Dio, cantante monumental que falleció ese día en 2010. Además de haber sido parte de bandas fundamentales como Rainbow, Black Sabbath y su propio grupo, Dio, también es recordado por haber popularizado el gesto de los “cuernitos”, emblema universal de la cultura metalera.

Diez clásicos + un bonus para festejar como se debe el día del heavy metal
Ronnie James Dio.

Aunque no es una efeméride oficial, el Día del Heavy Metal se celebra en todo el mundo con recitales, publicaciones y homenajes. También sirve como excusa para volver a una historia que abarca décadas, geografías y subgéneros diversos, desde el doom más denso hasta el power metal más sinfónico. Para acercarse a esa genealogía musical y simbólica, proponemos un recorrido por diez canciones icónicas, representativas de distintas eras, estilos y visiones del metal.

Metal para todas y todos

El heavy metal sigue siendo un fenómeno global que no pierde fuerza. A pesar de sus innumerables mutaciones –desde el black hasta el djent, desde el power sinfónico hasta el sludge más abrasivo–, conserva intacta su vocación por lo desmesurado, lo rebelde y lo trascendente. Como en los mejores solos, el metal no busca agradar: busca hacer temblar.

A continuación, diez clásicos globales y un bonus local, sin desperdicios:

1. “Black Sabbath” – Black Sabbath (1970)
La fundación. El riff que abre esta canción –inspirado en el tritono medieval, conocido como “el intervalo del diablo”– cambió la historia de la música. Tony Iommi, guitarrista de dedos amputados y creatividad feroz, sumó oscuridad y pesadez a un blues mutado, mientras Ozzy Osbourne cantaba sobre apariciones demoníacas. El metal nacía aquí: con lluvia, campanas, pesadilla y volumen.

2. “Smoke on the Water” – Deep Purple (1972)
Una canción con riff inmortal y anécdota incorporada. El incendio real durante un show de Frank Zappa en Suiza sirvió como materia prima para esta pieza de Machine Head. Aunque Deep Purple se ubica entre el hard rock y el metal primigenio, su impacto en el sonido posterior es indiscutible. El solo de Ritchie Blackmore y la cadencia del tema fueron escuela para generaciones.

3. “Breaking the Law” – Judas Priest (1980)
Corto, feroz, eficaz. Este tema marcó el giro definitivo del metal hacia una estética más agresiva, sin dejar de lado el gancho pop. Rob Halford, con su voz afilada y su icónica imagen de cuero y cadenas, fue el primer gran frontman de la era moderna del metal. Con este clásico, Judas Priest le dio al género un nuevo manual de estilo.

4. “Ace of Spades” – Motörhead (1980)
“Nosotros no tocamos metal, tocamos rock and roll rápido”, decía Lemmy. Pero con este tema, Motörhead tendió un puente entre el punk y el metal, entre la actitud y la velocidad. “Ace of Spades” es crudo, vertiginoso, adictivo. Su influencia puede rastrearse en casi todo el thrash y el hardcore de los 80.

5. “The Number of the Beast” – Iron Maiden (1982)
La ópera del metal. Con Bruce Dickinson recién incorporado, Maiden compuso este hit que es a la vez himno satánico y crítica al puritanismo. Desde su portada con Eddie manipulando al Diablo, hasta sus líneas inspiradas en el Apocalipsis, todo aquí es teatralidad épica. El virtuosismo de los guitarristas Dave Murray y Adrian Smith consolidó el sonido de la NWOBHM (New Wave of British Heavy Metal).

6. “Heaven and Hell” – Black Sabbath con Dio (1980)
Cuando Ozzy dejó Sabbath, muchos pensaron que era el final. Pero la llegada de Ronnie James Dio revitalizó a la banda. Esta canción, con letra filosófica y estructura creciente, introdujo una dimensión más mística y melódica. La potencia vocal de Dio y la solidez del grupo dieron origen a una segunda era dorada para los padres del género.

7. “Master of Puppets” – Metallica (1986)
La consagración del thrash metal. Este tema del tercer disco de Metallica mezcla técnica progresiva, crítica a las adicciones y brutalidad rítmica. Con Cliff Burton aún en el bajo, el grupo alcanzó aquí su cima compositiva. No solo marcó a una generación, sino que llevó al metal extremo a estadios y rankings globales.

8. “Raining Blood” – Slayer (1986)
Si Metallica fue la cabeza del thrash, Slayer fue el corazón oscuro. Esta canción, cierre del mítico Reign in Blood, es una descarga de furia milimétrica. Jeff Hanneman y Kerry King crearon un alud de riffs demoníacos, mientras Tom Araya vociferaba el apocalipsis. Puro terror sónico.

9. “Roots Bloody Roots” – Sepultura (1996)
El metal también habla portugués. Este tema redefinió el sonido del grupo brasileño, incorporando elementos tribales y estructuras de groove metal. En su disco Roots, Sepultura fusionó identidad cultural con brutalidad sonora. “Roots Bloody Roots” es una declaración de principios: orgullo, resistencia y pertenencia.

10. “War Eternal” – Arch Enemy (2014)
El presente del metal también merece ser contado. Con la llegada de la canadiense Alissa White-Gluz, Arch Enemy consolidó una nueva era del death melódico. Esta canción resume técnica, poder y mensaje: letras feministas, actitud punk y precisión quirúrgica. El metal no murió; solo se transformó.

Bonus nacional & popular: “Destrucción” – V8 (1983)
El heavy metal argentino nació con un grito de guerra. En apenas dos minutos, V8 condensó la furia de una generación marcada por la dictadura, la censura y la desigualdad. “Destrucción” es puro acero nacional: velocidad cruda, riffs filosos y una lírica que no pide permiso. La voz de Ricardo Iorio escupe con rabia una denuncia social directa, sin metáforas, mientras la base rítmica de Civile, Zamarbide y Rowek anticipa lo que sería el sonido fundacional del metal local. No es solo una canción: es el manifiesto original del género en la Argentina.



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