Las vacaciones de invierno 2025 marcaron un piso histórico para el cine argentino. Con apenas 4,66 millones de entradas vendidas entre el 8 y el 28 de julio, la cifra representa una caída del 20% respecto al mismo período de 2024 y se convierte en la más baja desde 2009, año que todavía arrastraba coletazos …
fuerte récord negativo para el cine argentino

Las vacaciones de invierno 2025 marcaron un piso histórico para el cine argentino. Con apenas 4,66 millones de entradas vendidas entre el 8 y el 28 de julio, la cifra representa una caída del 20% respecto al mismo período de 2024 y se convierte en la más baja desde 2009, año que todavía arrastraba coletazos de la crisis global. Si se exceptúan los años 2020 y 2021, cuando la pandemia obligó al cierre de las salas, no hay otro antecedente reciente con números tan bajos.
La situación preocupa no solo a las grandes cadenas de exhibición sino también a los distribuidores y productores nacionales. «Hoy una familia tipo necesita cerca de 60.000 pesos para ir al cine. Es un lujo que muchos no pueden darse», explica un programador de salas independientes del AMBA. A eso se suma la falta de películas argentinas con fuerte arrastre popular: mientras en 2023 Blondi y La extorsión aportaban al movimiento de boletería, en 2025 la oferta nacional no tuvo ningún título que superara los 100 mil espectadores.
El cine argentino sin inversión
La tendencia ya se venía advirtiendo desde comienzos del año. El mes de febrero, por ejemplo, registró una caída del 26,4% en comparación con el mismo mes de 2023, según cifras del INCAA. Y todo el año 2024 ya había cerrado con un 19% menos de entradas vendidas que 2023. Lo que parecía un bache momentáneo se convirtió en una curva descendente que afecta al sector de forma estructural.
Algunos especialistas también apuntan a la concentración de la cartelera, dominada por grandes tanques internacionales que, si bien convocan, no logran sostener el interés del público en el mediano plazo. «Cada vez hay menos diversidad de propuestas, y eso también aleja a la gente», comenta una crítica de cine en redes. A su vez, la política cultural nacional parece haberle soltado la mano al cine: con el INCAA desfinanciado y los subsidios congelados, muchos estrenos se retrasan o directamente se cancelan.