Por Juan Palop LA HABANA, Cuba.- Los presidentes de Estados Unidos y Argentina, Donald Trump y Javier Milei, van a lograr agrietar esta semana la casi unanimidad que Cuba había amasado en la Asamblea General de la ONU en contra de las sanciones de Washington a la isla, según fuentes diplomáticas consultadas por EFE. Cuba …
Trump y Milei van a agrietar el voto casi unánime en la ONU contra las sanciones a Cuba « Diario La Capital de Mar del Plata

Por Juan Palop
LA HABANA, Cuba.- Los presidentes de Estados Unidos y Argentina, Donald Trump y Javier Milei, van a lograr agrietar esta semana la casi unanimidad que Cuba había amasado en la Asamblea General de la ONU en contra de las sanciones de Washington a la isla, según fuentes diplomáticas consultadas por EFE.
Cuba va a conseguir sin duda un respaldo mayoritario este martes y miércoles en el debate y la votación de su resolución no vinculante sobre el bloqueo (embargo), pero es muy probable que obtenga el mayor número de votos en contra desde que presentó por primera vez esta iniciativa en 1992. Una victoria algo amarga.
Aunque ningún país ha anunciado públicamente su decisión, múltiples fuentes diplomáticas aseguran a EFE que el consenso latinoamericano contra las sanciones ha saltado por los aires, con hasta cinco potenciales votos contrarios o abstenciones, según algunos observadores.
Por su parte, en la Unión Europea (UE) se han registrando tensiones para mantener el voto unido y en contra de las sanciones extraterritoriales, la posición de años previos. Algunos miembros del flanco oriental dudan de apoyar a La Habana tras las informaciones que la vinculan con Rusia en la invasión de Ucrania.
Una opción que se está barajando en la UE es votar en bloque en contra de las sanciones, pero expresar también conjuntamente en el habitual comunicado posterior el rechazo común a cualquier envío de mercenarios a Rusia.
En las últimas dos ocasiones tan sólo dos países votaron en contra de la resolución (Estados Unidos e Israel), frente a los 187 apoyos que recabó la isla. Y desde 1992 nunca han pasado de cuatro quienes la rechazan, mientras que las abstenciones -que llegaron a sumar 71 en su primer año- se convirtieron progresivamente en apoyos.
Esta votación no tiene repercusiones prácticas, pero se trata de uno de los principales logros (simbólicos) que la diplomacia cubana cosecha cada año en la arena multilateral. Romper la tendencia de los últimos años podría ser un tanto que se apuntasen Trump y Milei.
La pinza Argentina-EE.UU.
Argentina, que había votado tradicionalmente en contra de las sanciones, mantuvo por inercia esa posición en el primer año de Milei en la Casa Rosada, y el presidente cesó acto seguido a la entonces canciller, Diana Mondino.
La posición de Milei con respecto a Cuba es “clara”, argumentó a raíz de la salida de la ministra el vocero del presidente, Manuel Adorni, en lo que se entiende como una declaración de intenciones sobre la posición argentina este año.
Luego está Trump, que de la mano de su secretario de Estado, Marco Rubio, ha puesto en práctica una política de máxima dureza con Cuba desde el primer día de su segundo mandato, empezando por la devolución de la isla a la lista de países patrocinadores del terrorismo.

El Gobierno cubano denunció que Washington ha presionado a países, principalmente en Europa y América latina, para que no respalden la resolución cubana. EE.UU. alega que La Habana está apoyando militarmente a Rusia en la invasión de Ucrania, pero también amenaza con aranceles, según La Habana.
Así lo aseguró la semana pasada el canciller cubano, Bruno Rodríguez, al acusar a EE.UU. de “presiones intimidatorias y engañosas” a otros países. Aseguró tener dos comunicaciones escritas para probarlo, en línea con informaciones periodísticas previas.
Un portavoz del departamento de Estado de EE.UU., sin aludir específicamente a estas acusaciones, convocó a sus “aliados a rechazar las mentiras del régimen cubano y posicionarse públicamente con el pueblo de Cuba, no con el régimen”.
En su opinión, esta resolución es “una herramienta de propaganda” de La Habana para desviar la atención de la “corrupción, incompetencia y brutal represión” del Gobierno cubano.
Tanto la Secretaría de Estado como la embajada de EE.UU. en Cuba han desarrollado en los últimos días una intensa campaña en redes sociales tratando de desligar la votación de las sanciones y convertirla en un plebiscito sobre el Gobierno cubano, la economía y los derechos humanos en la isla.
“La dictadura de La Habana ha utilizado su resolución anual sobre el embargo en la Asamblea General de la ONU para victimizarse y resistirse a las reformas necesarias por su mala gestión económica. Dejen de habilitar a este régimen ilegítimo. Piénsenlo dos veces antes de apoyar esta resolución”, publicó la Oficina de Asuntos del Hemisferio Occidental.
También, el Gobierno cubano ha salido a las redes en los últimos días a criticar las sanciones estadounidenses, que según sus últimos cálculos -no detallados- les suponen diariamente unos 20 millones de dólares.
El canciller cubano escribió recientemente: “Tenemos una seguridad absoluta. La abrumadora mayoría de los estados miembros de la ONU, una vez más, votará con la verdad. Votará con la justicia. Votará a favor de poner fin a este bloqueo”.
La clave, sin embargo, está en el detalle.
EFE.





