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Murió Osvaldo Piro, maestro del bandoneón y figura esencial del tango

El tango perdió a uno de sus grandes intérpretes y creadores: Osvaldo Piro, bandoneonista, compositor, arreglador y director, murió este jueves a los 88 años en La Falda, provincia de Córdoba, donde residía desde hacía años. Con su muerte, el tango está de luto y el bandoneón se quedó sin una de sus voces más …


El tango perdió a uno de sus grandes intérpretes y creadores: Osvaldo Piro, bandoneonista, compositor, arreglador y director, murió este jueves a los 88 años en La Falda, provincia de Córdoba, donde residía desde hacía años. Con su muerte, el tango está de luto y el bandoneón se quedó sin una de sus voces más personales.

Nacido el 1 de enero de 1937 en el barrio porteño de La Paternal, Piro fue un artista precoz: a los 15 años ya integraba la orquesta de Ricardo Pedevilla y al año siguiente se sumaba a la de Alfredo Gobbi, una de las grandes formaciones del tango tradicional. Allí forjó sus primeros pasos y desarrolló un oficio que mantendría durante más de siete décadas. Su carrera lo llevó por los escenarios más importantes del país y el mundo.

Murió Osvaldo Piro, maestro del bandoneón y figura esencial del tango
Osvaldo Piro era una leyenda del bandoneón.

Entre los maestros que lo formaron se cuentan Félix Cordisco, Domingo Mattio (ex bandoneonista de Aníbal Troilo) y Pedro Rubione. También estudió filosofía de la música con Juan Francisco Giacobbe, una formación que dotó a su estilo de una profundidad conceptual que luego se reflejaría en sus composiciones y arreglos.

Pero su mayor impulso llegó en 1965, cuando formó su propia orquesta y debutó en Patio de Tango con un estilo propio. Esa misma noche, entre el público, estaba Aníbal Troilo, quien lo adoptó como ahijado artístico. Poco después, “Pichuco” sería también su padrino discográfico y, tras su muerte, su viuda le donó uno de sus legendarios bandoneones. Así comenzó una etapa que lo consolidaría como uno de los renovadores del género.

La carrera de Piro

Ganó en 1968 la Palma de Oro del Festival Nacional de Tango de La Falda y fue distinguido con el Martín Fierro como Revelación Musical del Año en televisión. Grabó más de una docena de discos, recorrió el mundo -Japón, Finlandia, Suecia, Francia- y llevó el tango a escenarios impensados. En Estocolmo llegó a dirigir en la Academia de Música. En Europa también se exilió, antes de regresar en los años 80.

A su regreso a la Argentina, fundó el espacio San Telmo Tango, donde estrenó su formación Ensamble 9, una agrupación con la que exploró las posibilidades del tango contemporáneo. En 1994 fue designado director de la Orquesta Nacional de Música Argentina Juan de Dios Filiberto, cargo que ocupó hasta el año 2000. También dirigió la Orquesta Provincial de Música Ciudadana de Córdoba entre 2003 y 2009, y tuvo un ciclo radial en Radio Nacional entre 2001 y 2004.

Fue declarado Ciudadano Ilustre de la Ciudad de Buenos Aires en 1996, y la Sociedad de Autores y Compositores lo distinguió como Mejor Intérprete tres años más tarde.

Más allá de su brillante carrera, Piro vivió el tango también como una experiencia vital. En 1968, en la sala Michelangelo, conoció a Susana Rinaldi, con quien compartió una intensa historia personal y artística. Fueron pareja durante años, tuvieron dos hijos, Alfredo y Ligia, ambos cantantes, y en 2023 se reencontraron en el escenario del Teatro Coliseo, en un concierto llamado simplemente Reencuentro.

Ese recital, y el álbum homónimo lanzado el año anterior, fueron una celebración de la madurez artística, del respeto mutuo y del vínculo inquebrantable con el tango. En esa ocasión, en diálogo con la prensa, Piro reflexionaba sobre la inspiración: “Es un misterio. Llega cuando baja el ángel. Porque la melodía empieza en tres o cuatro compases. Después es desarrollo. Si tenés capacidad para hacerlo. Si estudiaste para saber la mecánica. Si no, no te va a dar el cuero”.

Tuvo también otros hijos de diferentes relaciones: Martín, Fernanda, Lara. En sus últimos años compartió la vida con su esposa Lidia, en La Falda, su lugar en el mundo.

Sus restos serán velados este jueves desde las 17 horas en el Salón Leopoldo Marechal de La Falda, según confirmaron fuentes de la Academia Nacional del Tango, institución de la que era miembro activo. Desde allí, y también desde emisoras como La 2×4, los homenajes no tardaron en llegar. El mundo del tango reconoce en él a uno de los últimos exponentes de una tradición viva, que él supo honrar sin ser esclavo del pasado. Con obras como Azulnoche, Octubre y una discografía que acompañó varias generaciones, Osvaldo Piro dejó una huella indeleble.



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